viernes, 31 de agosto de 2012

El consumo de carne roja aumenta los problemas cardiacos y el cáncer





Un nuevo estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard (HSPH), ha dado como resultado que el consumo de carne roja se asocia con un mayor riesgo de mortalidad por fallo cardiovascular y cáncer. En cambio, la sustitución de la carne roja en la dieta por otras fuentes de proteínas saludables como el pescado, el pollo, las nueces y las legumbres, se asoció con un menor riesgo de mortalidad.

An Pan, líder de la investigación en el Departamento de Nutrición de la HSPH afirma: “Nuestro estudio añade más evidencia de los riesgos para la salud de comer grandes cantidades de carne roja, que otras investigaciones han asociado con la diabetes tipo 2, con las enfermedades coronarias, los accidentes cerebrovasculares y ciertos tipos de cáncer”.

El estudio se deriva de la observación de 37.698 hombres durante 22 años y 83.644 mujeres durante 28 años, todos libres de enfermedad cardiovascular y de cáncer al inicio del estudio. Las dietas fueron evaluadas mediante cuestionarios cada cuatro años. Se documentaron 5.910 muertes por enfermedades cardiovasculares y 9.454, por cáncer. El consumo regular de carne roja o carne procesada se asoció con un mayor riesgo de mortalidad. Una porción diaria de carne roja sin procesar (aproximadamente del tamaño de una baraja de cartas) se asoció con un riesgo de mortalidad un 13% mayor, mientras que una porción diaria de carne procesada (un perrito caliente o dos tiras de beicon) se asoció con un 20% más de riesgo de mortalidad.

Entre las causas específicas, el riesgo fue de un 18% para los hombres y un 21% para las mujeres en la mortalidad cardiovascular y el 10% en hombres y el 16% en mujeres en la mortalidad por cáncer. En estos análisis se tuvieron en cuenta los factores de riesgo de enfermedades crónicas tales como la edad, el índice de masa corporal, la actividad física y los antecedentes familiares.

La carne roja, especialmente la carne procesada, contiene los ingredientes que se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedades crónicas, tales como enfermedades cardiovasculares y cáncer. Estos incluyen hierro hemo, grasas saturadas, sodio, nitritos y ciertas sustancias cancerígenas que se forman durante la cocción.

La sustitución de una porción de carne roja por una porción de una fuente de proteína saludable se asoció con un riesgo de mortalidad más bajo: 7% para el pescado, 14% para las aves, 19% para las nueces, 10% para las legumbres, 10% para los productos lácteos bajos en grasa y el 14% para los cereales integrales. Los investigadores estiman que el 9,3% de las muertes en hombres y el 7,6% en mujeres se podrían haber evitado al final del seguimiento si todos los participantes hubieran consumido menos de 0,5 porciones diarias de carne roja.

Este estudio proporciona pruebas claras de que el consumo regular de carne roja, especialmente la carne procesada, contribuye sustancialmente a la muerte prematura. Por otra parte, la elección de las fuentes más saludables de proteína en lugar de carne roja puede conferir beneficios para la salud al reducir la morbilidad y mortalidad de las enfermedades crónicas.



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Fuente: “Red Meat Consumption and Mortality,” An Pan, Qi Sun, Adam M. Bernstein, Matthias B. Schulze, JoAnn E. Manson, Meir J. Stampfer, Walter C. Willett, Frank B. Hu, Archives of Internal Medicine, online March 12, 2012